18 de diciembre de 2007

Gloria Fuertes


Hasta hoy, Gloria Fuertes era una abuelita televisiva: una abuelita alternativa a la que no recuerdo hacerle demasiado caso. Hoy, la mujer que mis ojos y oídos de niña habían infantilizado, ha recuperado la estatura de poeta y su voz, siempre tan familiar, me ha recordado lo que a menudo se me olvida.

Decir lo esencial

Hay que decir lo que hay que decir
pronto
de pronto
visceral del tronco;
Con las menos palabras posibles
que sean posibles los imposibles
hay que hablar poco y decir mucho
hay que hacer mucho
y que nos parezca poco:
arrancar el gatillo a las armas
por ejemplo.


El mejor alimento es que siempre estés contento.... Cuento: Aleluyas del conejo

1 comentario:

Lydia Molina dijo...

En algún rinconcillo de mi casa se esconderá una carpeta roja donde de niña (para quien crea que dejé de serlo) guardaba semanalmente recortes de una revista, eran cuentos, historias de gloria fuertes. Para mí Gloria era también una entrañable abuelita, este fin de semana buscaré la carpeta roja y volveré a leer con los mismos ojos pero unos cuantos años más, a ver qué sabor me dejan los recuerdos...