29 de noviembre de 2005

A veces

A veces subo tan alto... Siento que todo es posible, que he encontrado mi lugar en el mundo, que ya he experimentado lo que me hace sentir plena, lo que da sentido a mi vida, lo que me hace salir de las hondonadas en las que me escondo del mundo.

A veces subo tan alto... Recorriendo calles sin nombre, sobrevolandolas, agradecida por ser consciente del pequeño milagro, del gran milagro =que hostias=, buscando en los rostros sin facciones un guiño que me sumerja en la liquida humanidad. Despojados los remordimientos de la complicidad de la barbarie, escudada en la certeza de que ya no hay vuelta atras, de que una vez cruzada la frontera de donde la mirada conlleva una suplica milenaria, ya no hay vuelta atras porque... Porque recobras el estado natural, el de la percepcion que el mundo es solo uno, que todo esta conectado, que yo no soy mas que los otros y que es, cuando se esta en comunion con tus otros, cuando recobras la dimension integral, la dimension inabarcablemente humana.

Pero, a veces, vuelvo a hundirme en hondonadas. Y la impotencia se convierte en muro, uno mas, siempre muros, que araño, trepo, caigo, vuelvo a trepar, golpeo, grito, lloro, trepo... y, mientras, escucho las noticias, escucho a los fascistas de siempre, escucho los llantos de los mismos de siempre, escucho las buenas intenciones de los mismos de siempre, escucho los genocidas representantes del mismo Dios de siempre, escucho el grito desesperado de tantos y tantos... y yo grito con ellos, y sigo trepando un muro tras el que muchos dias no encuentro horizonte.



Aunque se que esta a la vuelta de la esquina.

1 comentario:

BärBara dijo...

Subo contigo, caigo contigo, vuelo contigo, trepo contigo...si me dejas.