22 de abril de 2008

Grabación de un vigilante del metro de Madrid pateando a un viajero

VIDEO


La primera hostia la dio tras acariciarse los dedos por unos segundos
con la misma emoción con olor a bilis que le provocaba mirar con descaro a las niñas,
decirles lo que le viene en gana cuando se las cruza por los pasillos del metro.
A las negras les dice ¡guarra! tras desearlas y ¡zorras! por la frustación de que ni siquiera le miren.
Aunque sea con asco.
El mismo placer que le invade cuando posee a su mujer sin preámbulos,
porque ella nunca quiere,
porque es suya
y porque a él le excita no tener que pedir permiso.
Un buen padre de FAMILIA. De los de toda la vida.

La segunda hostia le cruzó la cara al hombre, casi lo tumba, mientras busca el maldito ticket del metro.
Las risas de sus amigotes, con la autoridad de Prosegur grabadas en sus espaldas,
no consiguen acallar el latigazo seco que no arranca un mísero quejido al muerto de hambre.
Al que todos miran como el miserable.

Dos SEÑORES pasan de largo. Tienen la comida caliente esperando en la mesa.
"¡Venga, a tomar por culo ya... a la calle... ¿subo y te doy otro palo?"
La vícitima de los VIGILANTES PARA NUESTRA SEGURIDAD recoge algo del suelo
!Zas! El valiente aprovecha para lanzarle una patada en el estómago al indigno.
Y sus ayudantes, los que están a su servicio y al mío, lo arrastran a la puta calle.

"¡Está todo grabado!" dice uno.

Y ahora todos os vemos, a vosotros, los miserables, los rastrojos que no merecéis llamaros personas,
los señorones que necesitáis humillar, apalear, escupir al indefenso para creer que existís,
que alguien se de cuenta de existís aunque sea por el nauseabundo olor de vuestro aliento o
por los cardenales que dejan las botas que otros os ponen por NUESTRA SEGURIDAD.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dificil explicar mejor lo que siento.